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Desafíos de la gestión empresarial antes y después del COVID-19

La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 ha sacudido de lleno al mundo de los negocios no solo en España sino en el resto de países de los cinco continentes. Directivos, emprendedores y empresas tienen por delante uno de los mayores retos a los que se han enfrentado en las últimas décadas más allá de la digitalización: adaptar la gestión empresarial a la nueva realidad post Covid-19.

En este artículo analizamos los desafíos que ha originado la pandemia mundial y cómo las empresas pueden afrontarlos con éxito para continuar con paso seguro hacia el futuro.

Retos de futuro para la gestión empresarial ante la pandemia

La pandemia del coronavirus Covid-19 ha impactado de lleno en la economía mundial y en la vida de las empresas tanto en las que han continuado con su actividad como las que han quedado paralizadas. Este choque ha ocasionado dificultades financieras en muchas organizaciones y ha sacado a relucir vulnerabilidades en la gestión empresarial.

Los gobiernos han diseñado medidas extraordinarias para contener el virus como el confinamiento general de la población y el cierre a gran escala de la actividad económica. También se han sacado paquetes de ayuda y recuperación económica para apoyar a empresas y trabajadores que se hubiesen visto afectados por la pandemia.

Ahora las empresas tienen por delante un arduo trabajo para afrontar los desafíos provocados por la crisis, cuya recuperación será lenta (entre dos y tres años), según han anunciado los expertos y profesores del Executive MBA de la Cámara de Comercio de Madrid.

Reinvención empresas - fuerza laboral

Adecuar el modelo de negocio a la nueva realidad

Analizar el panorama económico actual para detectar los desafíos y las oportunidades es el punto de partida para elaborar un plan de respuesta que garantice la supervivencia de la empresa.

Este plan debe abordar cuestiones como el cambio en los patrones de consumo, la propuesta de valor, el reajuste de la oferta de productos y servicios, los nuevos segmentos de mercado, los modelos financieros, las acciones de la competencia o la apertura hacia nuevos canales de comercialización como el online.

La reinvención de los modelos de negocio es inevitable, desde facilitar la transición de un modelo de servicio a uno de autoservicio hasta cambiar las relaciones en persona por las digitales multicanal. Pero, lejos de ver esta situación como una amenaza, las empresas deben ver en ella una oportunidad para mejorar, aprender de los demás, resolver necesidades, innovar y adaptar su modelo comercial para evolucionar hacia el futuro.

Digitalizarse ya no es una opción

La digitalización ya no era una opción antes de la crisis originada por el COVID-19. Sin embargo, la pandemia ha supuesto un antes y un después en la implantación y el uso de las nuevas tecnologías en la empresa acelerando la transformación digital. El trabajo remoto al que muchas organizaciones se han visto obligadas a recurrir durante el periodo de confinamiento ha revelado la existencia de brechas en las infraestructuras TI (Tecnología de la Información) de las empresas.

Entre los desafíos de la digitalización imperan garantizar una conexión estable, confiable y segura a prueba de ataques cibernéticos entre los usuarios, la red y los datos, así como brindar soporte suficiente a la organización para facilitar la colaboración y la comunicación. Del mismo modo, las empresas deben valorar el uso de la automatización y el impacto del Machine Learning para hacer más eficientes los trabajos repetitivos como las tareas administrativas o los procesos de fabricación.

Digitalización de las empresas

Reinvención de la fuerza laboral

La crisis sanitaria ha traído nuevos escenarios en el mercado laboral marcados por el teletrabajo y la flexibilidad laboral. Ante el distanciamiento social destinado a frenar la propagación del virus, muchas empresas han tenido que esforzarse en permitir que sus equipos trabajen en remoto, una opción que ha estado ahí desde hace años, pero que pocas compañías habían aceptado.

Ahora se ha convertido en una tendencia clara que ha obligado a muchos directivos a revisar concepciones caducas como el presentismo laboral, presente tradicionalmente en las empresas como mecanismo para valorar la productividad de un empleado. El teletrabajo puede suponer enormes beneficios para una organización si se sabe articular con efectividad proporcionando los recursos, las herramientas y la formación adecuados a los trabajadores.

Por su parte, la comunicación constante, bidireccional y transparente entre gerencia y empleados, pero también entre los miembros del equipo de trabajo es otro de los desafíos de la nueva realidad. Esta comunicación es vital para mantener a los empleados informados y actualizados en todo momento ante la incertidumbre de la situación. Además, fomenta la motivación del personal y que se sienta apoyado y comprendido en todo momento. Respecto al bienestar físico y emocional de los empleados, ya sea en el trabajo o en el hogar, ha sido y continúa siendo una prioridad.

Liderazgo influyente

Con muchas más personas trabajando desde casa, los directivos y gerentes se ven obligados a participar de forma activa en el seguimiento del progreso de la productividad y el bienestar general de los empleados.

En este sentido, el liderazgo es fundamental para accionar con eficacia estas nuevas formas de trabajo que se desarrollan en entornos virtuales. Tal y como hemos comentado, la comunicación controlada es la base de un liderazgo eficaz. El empleado debe sentir que la gerencia confía en él y respeta su autonomía. Los líderes también deben ser capaces de aumentar su capacidad de resiliencia y empatía para administrar la empresa con efectividad.

Retos gestión empresarial por el covid 19

Asegurar las cadenas de suministro

Las restricciones gubernamentales sobre la movilidad han provocado interrupciones en las cadenas de suministro a las empresas. Muchos proveedores ya no están en condiciones de continuar con su actividad habitual y cumplir con los contratos de suministro. Esto puede implicar un riesgo económico para miles de empresas y sus empleados.

Para mitigar estos efectos, los gerentes deben ser capaces de identificar escenarios alternativos a la cadena de suministro tradicional, especialmente a medida que puedan aparecer nuevos rebrotes del virus en diferentes territorios. También puede contemplar sustituir ciertas materias primas por otras. En definitiva, se trata de diversificar la dependencia de una sola región para garantizar los suministros.

No cabe duda de que el panorama actual y futuro para las empresas es desafiante. Las organizaciones deben esforzarse en aceptar que la incertidumbre va a ser una constante en la gestión empresarial y tendrán que tomar decisiones difíciles a la par que decisivas para asegurarse de que cuando la crisis finalice, sus proyectos salgan reforzados.